viernes, 24 de noviembre de 2017

Aproximaciones a la realidad virtual


Aproximaciones a la realidad virtual
                                                                        Gumercindo Pinto Devia

La problemática de la gestión del conocimiento en comunidades del mundo e-learning, es un viaje a comunidades sin fronteras en la construcción del conocimiento; nos traslada a reflexionar sobre su significado, qué podemos percibir, cuál es la proyección y dialogar al respecto, dónde está presente la fuerza de la creatividad educativa hacia los emergentes espacios del saber hacer y saber ser a través de un currículo y proyecto educativo innovador.

La educación virtual, enfáticamente NO es educación presencial en otro formato, responde a diferente paradigma curricular, de tal modo que es relevante efectuar cuestionamientos, con la finalidad de descubrir el hacer y el conocimiento  en la praxis, en las posibles respuestas generales a ¿cómo administramos el saber para tener éxito en la  sociedad actual? ¿Cuál es su impacto en el trabajo? Mientras día a día la tecnología evoluciona, ¿Los inmigrantes digitales de qué modo minimizan los efectos en la vida cotidiana? ¿Las nuevas formas de lenguaje y de comunicación de los nativos digitales, son parte de la transculturización?, se aleja un tipo de ser humano en su forma de procesar su pensamiento y emerge otro, con distintas estructuras mentales de procesamiento simbólico de Elliot Eisner y de inteligencias colectivas e institucionales.  Al respecto, Sakaiya menciona que la nueva sociedad que se está configurando, el estilo de vida que obtendrá se basará en el consumo de saber  y los productos que se venderán mejor serán los que revelen que el comprador es una persona “que sabe” (Sakaiya, 1994). En tal sentido, podríamos citar que el desarrollo del saber está relacionado con los modelos de producción del fordismo, desde su especificidad de tareas focalizado en el conductismo, a la concepción del toyotismo con su modelo de calidad, de gestión de procesos y de estructuras, expresados en el just-in time de producción sin inventarios (Rifkin, 1997: 85-136), que cambia la forma del saber y del acceso al conocimiento en educación.

Cómo compatibiliza el hombre en su ser humano, la educación y la comunicación frente al avance de los tiempos, Ernesto Livacic Gazzano, Premio Nacional de Educación,  menciona, ante el cuestionamiento, que “La educación  esencialmente es un proceso de formación de personas, no es por lo tanto en el conocimiento, ni en ningún otro aspecto parcial donde hay que poner el acento, cualquiera finalidad específica de la educación tiene que estar al gran servicio de la gran finalidad de formación de personas, si los conocimientos no sirvieran en esa línea, si los conocimientos no fueran acompañados de orientaciones éticas, de valores,  que si propusieran de actitudes positivas, evidentemente el proceso educativo quedaría trunco.  Ahora, cuando hablamos de personas, no hablamos de individuos aislados, el ser humano por ser persona, es esencialmente un ser social” (Pinto Devia G., 1998).

En este rol del conocimiento en la virtualidad es importante fijar en parte la atención en la tecnología, en la arquitectura de recursos que poseen y cómo dialogan con los procesos e-learning, en cuanto a diseño curricular. En tal sentido la búsqueda en el ejercicio diario de la docencia en este campo, entonces, nace la pregunta: Cuál es la filosofía en la relación pedagógica: profesor - estudiante frente a la tecnología, Livacic responde:

“No me cabe la menor duda de que hay que  ensayar desde la incorporación de medios audiovisuales a la clase, hasta este ingreso a grandes redes, que permitan conectarse con centros mejor preparados o mejor informados sobre una materia e incluso realizar proyectos en conjuntos para avanzar en una determinada disciplina, o en el esclarecimiento de determinado tema; pero siempre tiene que haber una relación personal entre el educando y el educador, eso tiene que pasar a través de ese diálogo, o si no, podría llegar el día de mañana, se estableciera en cada materia, al mejor profesor  o expositor del mundo y mediante estos sistemas, todos los jóvenes, todos los estudiantes de la universidad, si fuera el caso, escuchen esa materia  dada por el mejor especialista sin entrar jamás en una interacción real con él” (Pinto Devia G., 1998).


Congreso Historia Aeronáutica U de Chile, marzo 2016,  100 años.

Walter Benjamin, menciona que “la decadencia de la inteligencia libre está condicionada no única, pero sí, decisivamente por lo económico” (Benjamin, 1998:75). Entonces, la vorágine de la “Sociedad de la información” ha entregado a la sociedad de redes una constelación de contenidos, que la sociedad del conocimiento debe procesar y sistematizar en beneficio igualitario a favor del desarrollo humano, con oportunidades para todos. Por otra parte, Castells plantea respecto del poder “Expresado en los códigos culturales de la sociedad, quien gane la batalla de la mente de la gente gobernará, porque los aparatos rígidos y potentes no serán un rival”.

Alain Touraine acota que vivimos en la “Sociedad cultural”, esta sociedad podrá resolver el conflicto de las identidades en su propia estructura, cuando las tecnologías modifican los códigos culturales en el saber hacer, focalizados en las conductas humanas.

Pierre Lévy responde a Patrick Javault sobre ¿Las investigaciones sobre inteligencia artificial suponen una visión del funcionamiento de la inteligencia humana? El tiempo real, una velocidad trascendental.

“Existen tres maneras de concebir las relaciones entre la informática avanzada y la inteligencia humana. Primeramente, la perspectiva de la simulación, que es aquella de la inteligencia artificial histórica o clásica. En este caso, la máquina debe ser capaz de imitar lo más perfectamente posible un comportamiento inteligente. La segunda, cada vez más extendida, consiste en estudiar el sistema cognitivo humano, no para imitarlo, pero sí para concebir tecnologías intelectuales (ayuda al razonamiento, la imaginación, la creación, la decisión, entre otras) que se imbrican de manera armoniosa con la inteligencia humana. En fin, una tercera aproximación consiste en examinar en qué medida estas tecnologías intelectuales de soporte informático terminan por influir en nuestro funcionamiento mental ordinario”. Esta postura origina debate como el “maoísmo digital “de Jaron Lanier, en referencia a Wikipedia. (Wikipedia:2015).

La inclusión o la exclusión del mundo TICs y en el contexto TICE (TIC educación) transita, en mayor o menor grado, por los escenarios de la subjetividad (PNUD, Desarrollo Humano en Chile:114) de los usuarios, por la participación y las necesidades de acceso -satisfechas o no-, el estar dentro o fuera  del mundo de las tecnologías, implica tres subjetividades (PNUD, Desarrollo Humano en Chile 2006: 101): la individualización, poder subjetivo y la reflexibilidad. La primera, es la construcción personal del estilo de vida a realizar. La segunda, está asociada a las competencias, recursos y capacidad de navegar en redes sociales para desarrollar los proyectos personales; la tercera a la comprensión del mundo y a la administración eficiente de la información que se procesa. Estos planos de realización personal implica  ampliar los escenarios del conocimiento en las plataformas de administración del aprendizaje, estos están en cada acto humano en diferentes niveles de intensidad cognitiva.

Si convocamos a este marco  de análisis, las narrativas mediáticas como nuevo vector cultural, podemos reflexionar que, para analizar la educación y la cultura, debemos referirnos a la hibridación social, desde la industria cultural, genera nuevas estructuras y nuevas prácticas (García Canclini, 2003). Es precisamente una transformación de identidades individuales con deseos, saberes, derechos y necesidades materiales de supervivencia en conglomerados de modelos sectorizados que se articulan según su participación en el mercado, en el mundo de las tecnologías al servicio del segmento educación. Es decir, la cultura mediática penetra, seduce, domina al sujeto moderno y al subalterno. Se traducen en el conjunto de identidades, tanto individuales como colectivas, que participan en la sociedad desde su posición, consumo de estos bienes  y servicios, en este caso educación virtual, que otorgan en cierto modo una forma de poder en las estructuras sociales y profesionales en las cuales  interactúa.

Los medios masivos, cooptados por la televisión (abierta, cable y satelital), son poderosos promotores de la cultura-mundo (Martín-Barbero, 1999) que se realiza en la actualidad en la percepción de los jóvenes. Ésta se traduce en forma emergente en los cambios culturales. Cultura de la desterritorialidad y de identidades florecientes generadas por la transculturización cobran relevancia en los espacios de las comunidades virtuales, donde el hipertexto (Martín-Barbero, 1999) y el metalenguaje nos otorgan otras formas de comunicarnos, de compartir saberes, de aprender (Delors, 1996), de relacionarnos y de comprensión de las realidades. Emplear el mundo virtual, nos permite rediseñar las prácticas educativas, AureA Memotech menciona que el modelo nos “Exige revisar y re-evaluar quiénes somos como formadores, qué hacemos, cómo lo hacemos y por qué Second Life ofrece un mundo de aprendizaje para los usuarios: experimentar, planear, negociar, resolver problemas, evaluar, adquirir conocimientos sociales”. Jacques Derrida postula el desaprender para iniciar otros conocimientos, de acuerdo a otras estructuras y desarrollo del pensar, como lo es el tránsito de la cultura letrada a la digital, quien declara: “El fin de la escritura lineal es en realidad el fin del libro, aunque sea en forma de libro que las nuevas escrituras, literarias o teóricas, se dejan encerrar, para bien o para mal” (Landow, 1995: 13-49).

Claudia L´Amoreaux señala que “Second Life” es un mundo virtual 3D que nació en 2003 y ahora tiene más de cinco millones de miembros en todo el mundo. Más que un juego con objetivos definidos, sus residentes viven, trabajan y aprenden en este mundo virtual”.

Carlos Marcelo plantea que Second Life “contiene un sin fin de animaciones (referidas a sentimientos entre otras) que podemos añadir a nuestros avatares, lo que les infiere un mayor realismo. Si esto lo trasladamos a las sesiones de tutoría que mantenemos con el alumnado, le confiere mayor naturalidad, ya que podremos observar el estado de ánimo en que se encuentra tanto el tutor como el alumno” (Marcelo, 2008).

Para el caso de Estados Unidos, Alexandra Pickett, Universidad de Nueva York, (Pickett, 2009) menciona la importancia de los siguientes aspectos que se relacionan en las plataformas virtuales: diseño curricular, el desarrollo docente y de los módulos de aprendizajes, el soporte, los enfoques pedagógicos al servicio de la tecnología, evaluación (tutores, estudiantes, programas, cursos, matrices, entre otros), y la calidad integral de los procesos. Una de las entidades señeras en Chile en educación virtual es TELEDUC, de la Pontificia Universidad Católica de Chile (Pinto Devia, G. 2004), que destaca el rol de los tutores y estudiantes activos, los medios, las estrategias de estudio, la evaluación de los procesos y la comunicación.

El desarrollo del saber se inicia con la democratización  de los procesos educativos básicos, medios y superiores, con la participación horizontal de académicos y de estudiantes. Por otra parte, las articulaciones curriculares de las universidades abiertas, que expresa Jamil Salmi, propician condiciones favorables hacia la libertad de acceso y de elección: “en el futuro será obligatorio ir a la universidad y del  tránsito fluido de los estudiantes por mallas flexibles en dos o tres universidades para una profesión, donde los títulos tendrán una vigencia de cinco años” (Salmi, 2008). De esta forma se origina la movilidad en un mundo del saber en constante interacción presencial y virtual, donde los espacios públicos, las realidades y la comunicación adquieren y dan nacimientos a otros modos de pensar y de simbolismos.

En tanto, Loic Chalmel sostiene que “tenemos entonces la génesis de un sistema en que los saberes elementales son enseñados por genios o expertos y que entrega la formación a los mismos expertos, lo que va a debilitar enormemente la autonomía y el poder de decisión de los docentes. Estos temas van a ir atravesando la historia hasta llegar a la actualidad” (Chalmel, 2008). Arribarán a una potencial cibersociedad (Mattelart, 1998:287-294) más democrática. En este propósito la educación es el transformador del cuerpo social y laboral, de la subjetividad individual y colectiva del país.

Fernando Salinas C. reconoce que “existe un déficit en la formación de los profesores en las universidades” (Pinto Devia, G.: 2008a). Por su parte, Germán Rojas formula que aprecia una “carencia metodológica en e-learning para los docentes y para los potenciales alumnos. Además de la brecha generacional entre ambos, otro factor conciliar son las estrategias metodológicas, la arquitectura tecnológica de la plataforma y la  comunicación con los estudiantes” (Pinto Devia, G: 2008b). Las consideraciones de estos académicos son importantes, ya que aprecian una debilidad en la formación docente y estos efectos se trasladan a los procesos educativos y a la generación del conocimiento, de comunicación en los mundos virtuales.

Erika Silva Urbano, -una de las pioneras de educación virtual de TELEDUC-, propone que “hay un poder maravilloso al que pueden y deben aspirar los profesores, y eso tiene que ver con el poder de compartir y generar redes humanas inteligentes, que no obliguen a que todos sepamos lo mismo, sino para que cada uno se especialice en aquello que es mejor y sepa compartirlo con otros. El e-learning puede ser tan bueno o tan malo como las mejores o peores clases presenciales, pues lo que importa es el paradigma del cual uno se vale para entender el valor del proceso educativo en el modelo de sociedad que uno tiene en la cabeza” (Pinto Devia, G: 2008c).

Gumercindo Pinto Devia, Santiago de Chile.


Henry Giroux enfatiza la importancia de los “profesores como intelectuales transformadores”, mediadores, facilitadores en la acción docente y ante los cambios que experimenta la sociedad (Giroux, 1990).


En idéntico sentido Reuven Feuerstein, menciona que toda persona se puede desarrollar en saberes a través de los criterios de mediación y de las funciones cognitivas que se empleen, donde las tres principales son: “La mediación de intencionalidad y reciprocidad, mediación de la trascendencia y mediación de significado” (Feuerstein, 2004).

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