martes, 31 de diciembre de 2019

Caen las hojas en primavera del 2019

Caen las hojas en primavera del 2019
  (Escrito en Santiago, con fragmentos del estallido social de 2019)
Gumercindo Pinto Devia

La ciudad se expande en llamas, estruendo, lacrimógenas y la voz de Chile estremece en estallido social. Narcisismo político y empresarial.

El discurso del sistema  político  es retrogrado, expele  corrupción y favorece la delincuencia.
Décadas de abusos en salud, colusión, TAG, bajos sueldos y pensiones.

El Congreso Nacional responde a intereses de los partidos y no a necesidades de la gente.
Los ciudadanos son tratados como clientes del sistema, se pierde la credibilidad y aumentan los impuestos.

Chile despertó en  erupción social, la sociedad protesta, las familias marchan con  cacerolas,
miles se expresan en paz y otros con destrucción urbana, crisis psicológica y educacional.
Aumentan las barricadas, perdigones, ojos mutilados por represión estatal, saqueos, heridos y muertos.

Un profesor sale de su trabajo a buscar a su hijo a la escuela en medio de una protesta, para proteger al niño ante disturbios y gases, es detenido violentamente y golpeado por carabineros. Destrucción psicológica y familiar. Deficiente formación valórica, metacognitiva y procedimental de una escuela acreditada por la Comisión Nacional de Acreditación. Modelo educativo y pares evaluadores en cuestionamiento ético por las competencias de los titulados.




Los derechos humanos es una  cascada inconclusa,  según prima; ceguera presidencial y política,
la libertad del hombre transita sin tiempo y lugar.  La libertad de unos y el sometiendo de otros.

Los niños no asisten a la Escuela,
bombas lacrimógenas e incendiarias desvanecen la alegría y el conocimiento,
las aulas están vacías en espera de aprendizajes que modifiquen el presente y el cambio cultural.

Emerge  el clamor ciudadano en Chile a través de  gigantescas manos,
se incendia el metro, Transantiago limitado, colapsan los trabajadores,
avanza el “guanaco”, comienzan los enfrentamientos, corre la gente,
 encapuchados incendian:  supermercados,
buses, universidades, bancos, iglesias y municipalidades.

 Los cerros de Valparaíso se transforman en fuego, centenares de casas en cenizas,
Sufre el pueblo porteño una y otra vez.

 El vandalismo destruye las ciudades del país y pymes como juego de play station.
 fallecen los símbolos culturales, se inicia la transformación posmoderna
la vida cotidiana cambia y las emociones se dispersan, stress postraumático,
la crisis social modifica la inteligencia colectiva y productiva del país.

Gritos de dignidad humana se desplazan entre los escombros
La calle no se detiene, las demandas sociales son justas y reales.
-          Las madres sufren, miran de lejos con angustia –
Falta leche y pan para  niños y ancianos,
Hospitales colapsados en lista de espera.
Unos callan, otros se esconden, otros proyectan luz láser verde,
otros políticamente correctos elaboran la mejor solución en TV,
otros lanzan bombas molotov, Otros disparan, otros huyen,
el humo y gases extienden la contaminación ambiental, sobre todo en Quintero.
Se degrada el hombre, se degrada Chile.

Alguien observa desde una ventana,
graba un vídeo que circula en las redes sociales, Trending topic del momento.


 Reflexiono: tenemos un país hermoso para compartir,
el bien personal y el lucro excesivo pulverizan el bien común.

Las hojas grises de la primavera muestran su desencanto. 
Los botas  están manchadas, el congreso está manchado, empresarios manchados,
 Se devalúa el peso y se eleva la cesantía.

SOS, SOS, SOS: Plebiscito y  Nueva Constitución,  salvación para los partidos políticos.
La memoria colectiva es frágil: Salud, pensiones, educación, trabajo y calidad de vida, es lo principal.
Cuáles son las necesidades de la gente, a diferencia de las necesidades de los partidos políticos,
No olvidar que el poder ciudadano es otro poder del Estado.
 Se hunde el Titanic chileno en el oasis con los presidentes a bordo, mientras acecha el COVID-19.

Caen las hojas en primavera del 2019.