DEJARÉ
Dejaré atrás tu silueta
alada y morena,
pintada sobre cascadas de
luna creciente.
Con la mirada penetré tus
entrañas mil veces,
en montañas lejanas esculpí
tu nombre en cobre.
Lágrimas vírgenes surcaron
tu piel,
formando paisajes eternos.
Aguas petrificadas recuerdan
el éxtasis,
en que las estrellas claman
el viento mineral.
Desierto de Atacama:
Mis manos vuelan sobre el
mar y el desierto,
y encuentro tu cabello
verde,
extendido en tu cuerpo suave
y rocoso.
Y Sobre mí
el tiempo agrietado,
en que tu voz ruge en la
tierra y en las aguas,
ruge,
en el silencio de la noche,
en el principio
del pan,
del pan y las lágrimas de los pueblos.
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